En el universo todo es energía en movimiento. Lo que percibimos como materia, en realidad es energía vibrando en frecuencias bajas o lentas que nuestro cerebro interpreta como sólidas pero no lo son. En nuestra vida, muchas veces nos sentimos atascados, bloqueados o repitiendo patrones y esto sucede porque observamos las situaciones de nuestra vida desde las mismas estructuras mentales o perspectivas de siempre, mientras reaccionamos con las mismas respuestas emocionales de siempre, porque no estamos resolviéndolo en profundidad y todo eso nos mantiene en una espiral emocional descendente de frustraciones y decepciones que van opacando nuestra vida.
Todas estas emociones de baja frecuencia que sentimos a diario como el miedo, ira, enojo, frustración, inseguridad, terminan obstruyendo con toxicidad nuestros centros energéticos afectando negativamente todo nuestro sistema, generando diversos síntomas.