En la práctica del Reiki abrimos nuestros canales para que la Energía Universal fluya a través de nosotros y pueda ser recibida por la otra persona. El terapeuta aplica doce posiciones de manos sobre la persona a tratar. La primera posición es en la cabeza, recorriendo luego todo el cuerpo, terminando en la planta de los pies.
Recorriendo y equilibrando cada chakra, actuando así en todos los puntos de energía vital del cuerpo. En este proceso se emplean Símbolos Reiki para potenciar los efectos sanadores.